viernes, 5 de agosto de 2011

111º Aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de Itatí





(18.07.2011) Con un marco multitudinario, el sábado 16 de julio, se celebró la misa solemne en el atrio de la Basílica presidida por monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes y concelebrada por obispos y sacerdotes presentes.

La misma se llevó a cabo en el 111º aniversario de la Coronación de Ntra. Sra. de Itatí, tradicionalmente el día más importante durante la Fiesta anual, que en esta ocasión fue enmarcado en “El Año de la Vida”, tema que recorrió las meditaciones durante la novena previa y las celebraciones principales.
En horas de la mañana se realizó la procesión náutica y encuentro de la Virgen de Itatí con la de Caacupé acompañadas por embarcaciones de ambos países. En la costa, miles de fieles contemplaron el encuentro y las recibieron con pañuelos y banderas en alto saludando el paso de las sagradas imágenes.
Luego dio inicio la procesión que rodeo la plaza de Itatí para culminar en la explanada, frente a la Basílica, con la participación de numerosas imágenes de santos patronos, San Luís Rey, la Virgen de Caacupé y la anfitriona, la Virgen de Itatí engalanada con flores blancas para esta celebración.
Las cantantes Myriam Beatríz del Paraguay y Andrea Sosa de Itatí, rindieron su homenaje a la Virgen de Caacupé e Itatí, y les ofrendaron un ramo de flores con los colores patrios de Paraguay y Argentina.
La misa la presidió monseñor Stanovnik y fue concelebrada por monseñor Fabriciano Sigampa, arzobispo de Resistencia, y monseñor Claudio Silvero, obispo auxiliar de Encarnación, república del Paraguay, además de numerosos sacerdotes de distintos puntos del país.
A los pocos minutos de iniciada la celebración eucarística se desató una llovizna, que no impidió continuar con la misa, ni aplacar el fervor de los miles de peregrinos que participaron de la fiesta de María de Itatí.
En la homilía de la Misa, monseñor Andrés Stanovnik se refirió al 111º aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de Itatí, recordando aquel 16 de julio del año 1900, en que una figura de la Virgen fue trasladada en barco desde Itatí hasta la Capital.
El arzobispo trazó un paralelismo entre aquella significativa coronación, y las actuales que tienen que ver más con el mundo del espectáculo: “Las reinas, los ídolos o las estrellas, son construcciones hechas con criterios superficiales y efímeros, y sobre bases inconsistentes: se trata sólo de medidas, apariencia física y personalidad atrayente. Pero tienen pies de barro, duran algún tiempo y luego caducan irremisiblemente”.
Y continuó diciendo: “Esta reina es bellísima, única, impactante. Pero su belleza y su atracción son de una calidad totalmente diferente a otras reinas o estrellas. Es una belleza que no se calcula en centímetros, no importa su apariencia ni se la califica por el rating que consigue sumar. Ella no tiene espectadores, sino devotos; tampoco seguidores o fanáticos, sino peregrinos. Los seguidores de ídolos y estrellas nunca llegan a ser pueblo, permanecen siempre individuos aislados. Por eso, los llamados fans nunca crean comunidad, no se sienten pueblo, sino masa, sumatoria de individuos encandilados por una estrella fugaz. Existen mientras brilla el espectáculo, después desaparecen”, enfatizó.
El tono de la homilía fue más crítico a la hora de denunciar “un extraño progresismo que aparta a Dios de la vida de las personas y de la sociedad, proponiendo un paraíso sin Él”, y que terminó definiendo como una situación en la que “No hay naturaleza, ni valores culturales, ni religión que sirva de orientación. En ese modo de pensar, la vida ya no es don de Dios, sino construcción arbitraria de los hombres”.
Por último, el arzobispo pidió que su provincia “muestre mayor decisión en legislar a favor de la vida”, en referencia a los proyectos de ley sobre el aborto. A la vez que reafirmó: “Sólo la comunión de un varón y una mujer asegura el respeto por el otro, y por la dignidad y el carácter sagrado de la vida”... “Aprendamos con María a no tenerle miedo al proyecto de Dios”, concluyó monseñor Stanovnik.
Los festejos en honor a Nuestra Señora de Itatí, que comenzaron con la Novena Patronal (30 de junio) y la Fiesta litúrgica (9 de julio), congregaron a más de 300 mil personas, que llegaron de distintos puntos del país, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Salta, Tucumán, Jujuy, Entre Ríos, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, hasta de Santa Cruz y Tierra del Fuego. Además de los países limítrofes de Paraguay, Brasil y Uruguay.
La Obra Don Orione recibió en la persona del Fundador, la responsabilidad y la atención pastoral sobre la Basílica de Itatí, tarea que viene realizando ininterrumpidamente desde hace 75 años, y que una vez más coronó este año con la fiesta de la “tiernísima Madre de Dios y de los hombres”.

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